Un Girasol
...para acompañar mi soledad.
Íbamos a vernos
era incapaz de ocultar mi emoción
me senté en nuestra banca en el parque
y te esperé
pasaron los minutos, hasta convertirse en horas
“vendrá” repetía como un mantra.
Esperé.
No llegaste, y por azares del destino,
me enteré que me habías olvidado,
yo no era relevante para ti.
Sabías que no importaba,
cuantas veces,
cuantas heridas,
cuantos rechazos,
cuantas palabras filosas,
cuanta indiferencia
aplicaras en mi,
yo estaría allí para ti.
Me fui,
con el corazón hecho trizas
más pequeñas que la arena
y en mi camino
compré un girasol.
Préféré par...
