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Fátima, mi mulata, es la inefable… de valles, cascadas, lagos, volcanes y caminos... ¡Ay, ella todo lo que toca lo enca… y, encanta también, con su verano
Te estoy conquistando con mis sueñ… Con mi laringe. Te estoy conquistando con mi calor… Con mis Ideas de contemplarte. ¡Con mis ganas de seducirte!
Gozáte conmigo... Entregáte a tu cuerpo y, por favor, habitá las vibrantes sombras de tu Deseo conmigo
¡Ah, mi musa! Con la ventana abierta tendida y desnuda yace mi musa, acariciándose y, ¡ay… Una vehemente brisa recorre todo m…
Ella me traga todo con sus labios… Enmarañados, pegados después... ¡… ¡Ah, ella es Sarasvati y, yo, Bra… ¡Y juntos consagramos nuestros templos de éxtasis y savia!
¡El Centro también existe! Los de en medio vamos arriba o abajo. Dependiendo cómo estamos. No, nos mandamos,
Indagamos diferentes posiciones pero siempre terminamos bailando: ¡cómo bailamos mojados, fortuitos! Ay, así nos pegamos sin exageracio… Adictos a enlazar hasta nuestras á…
Azul, rojo y amarillo soy yo. ¡Radiante, me encanta sonreírle a… me encanta la rumba, me encanta la… me encanta la pasión, me encantan… Rojo, amarillo y azul soy yo.
Todas las tardes, después del simp… la prueba de su éxtasis me regala con broche de oro, mi Adicta Elegante. Yace lengüeteada
Yo, bibliófilo empedernido, quiero leer los pliegos de su cuerpo. Quiero leer sus flores retoñadas contra el tiempo. Quiero aprehender el incienso
Últimamente cuando nos da clases de lenguaje mi profesora fa… oficialmente Tatiana María de Flo… esas sus minifaldas negras ceñidas… prieto vuelto más abundante con su…
¡Ay, mi mulata sos mágica como una… ¡Con tus cándidos cantos le sacás agua a mis arenas! ¡Sos ¡ay! la Venus de América! ¡Ah, cómo me encantan tus cinturas…
Le descubrí una flor pegajosa y me dijo que era su imaginación. Descubrí su cintura inundada y me dijo que la saborease: «¿Acaso, mi varón,
A medio otoño, casi del olvido volviendo con la rosa del verano; el mar del corazón bajo tu mano y el camino de ayer para el oído..… «Casa sobre tu pecho», Claudia La…
¡Te estremecía mi pasión! ¡Susci… Un día, tu alma apuntó hacia mí y centrada en mí, ¡disparaba! La bala moldeó un corazón de arena… Me advirtió: «Vos no podés perder…