Tabernáculo abierto de dolores
Que ansía echar el mundo de su seno,
Como la nube al estruendoso trueno
Que la puebla de lóbregos rumores;
Plácenme tus sombríos corredores
Con su ambiente impregnado del veneno
Que dilatan en su ámbito sereno
Los males de tus tristes moradores.
Hoy que el dolor mi juventud agosta
Y que mi enfermo espíritu intranquilo
Ve su ensueño trocarse en hojarasca,
Pienso que tú serás la firme costa
Donde podré encontrar seguro asilo
En la hora fatal de la borrasca.