Madre, los muertos oyen mejor: ¡sonoridad celeste hay en su caja! A tí pues este libro de intimidad, de amor, de angustia y de misterio… murmurado en voz baja...

En la fuente cristalina De su jardín solitario, Se baña la fiel sultana De hermoso cuerpo rosáceo. Ya no ocultan finas telas

Amantes de la quimera, Yo calmaré vuestro mal: Soy la dicha artificial, Que es la dicha verdadera. Isis que rasga su velo

Nací en Cuba. El sendero de la vi… Firme atravieso, con ligero paso. Sin que encorve mi espalda vigoros… La carga abrumadora de los años. Al pasar por las verdes alamedas,

Monstruo de piedra, elévase el cas… Rodeado de coposos limoneros, Que sombrean los húmedos senderos Donde crece aromático el tomillo. Alzadas las cadenas del rastrillo

Nunca te conocí, mas yo te he amad… Y, en mis horas amargas de tristez… Tu imagen ideal he contemplado Extasiándome siempre en su belleza… Aunque en ella mostrabas la alegrí…

Luz fosfórica entreabre claras bre… En la celeste inmensidad, y alumbr… Del foso en la fatídica penumbra Cuerpos hendidos por doradas flech… Cual humo frío de homicidas mechas

¡Quisiera, noble hermana, prender en los encajes del verso y de la prosa, el alma triste, arcana, sutil y misteriosa

En el palacio hebreo, donde el sua… Humo fragante por el sol deshecho, Sube a perderse en el calado techo O se dilata en la anchurosa nave, Está el Tetrarca de mirada grave,

Al resplandor incierto de los ciri… Que, en el altar del templo solita… Arden, vertiendo en las oscuras na… Pálida luz que, con fulgor escaso, Brilla y se extingue entre la dens…

Tez morena encendida por la navaja… Pecho alzado de eunuco, talle que… Verde faja de seda, bajo chaqueta Fulgurante de oro cual rica alhaja… Como víbora negra que un muro baja

¿Eres dichoso? Si tu pecho guarda Alguna fibra sana todavía, Reserva el don que mi amistad te e… ¡El tiempo de apreciarlo nunca tar… Mas si cruel destino te acobarda

Mi corazón fue un vaso de alabastr… Donde creció, fragante y solitaria… Bajo el fulgor purísimo de un astr… Una azucena blanca: la plegaria. Marchita ya esa flor de suave arom…

No me habléis más de dichas terren… Que no ansío gustar. Está ya muer… Mi corazón, y en su recinto abiert… Sólo entrarán los cuervos sepulcra… Del pasado no llevo las señales