PRIMERA VISTA
Para Wayra
La partida, el encuentro y tus ojos.
Nos encontramos por puro azar
cuando vi al mundo de reojo
y di con tu belleza universal.
Me di cuenta al instante,
tu belleza de todos los tiempos,
de todos y cada uno de los lugares
me infló el pecho con nuevo aliento.
Analicé rápidamente tus detalles.
Recorrí con la mirada tus curvas,
pliegues y escondites de tu talle,
tu rostro, tu torso y tu cintura.
Me recibiste con una sonrisa curiosa.
Yo llegué vestido de un alma ansiosa.
Me saludaste con un beso caluroso,
fue el más tierno saludo, primoroso.
Y el perfecto aroma de tu imponente cuerpo
me envolvió en un éxtasis y gusto floral.
Circuló en el aire en un espiral tan inmenso
que fue, justo ahí, que te comencé a amar.
Ya te amaba sin darme cuenta alguna.
Te amaba por tus detalles que despertaron
un crepitar en mi alma que incendió la laguna
de sentires que muchas en el pasado mataron.
Ya te amaba y estaba desesperado
por estampar en tu rostro aquel dulce
beso del más profundo enamorado
que cambiará todo cuando tu alma cruce.
Y, entonces, fuiste tú quien lo hizo.
Lanzaste toda tu humanidad sobre mí
y tus labios danzaron, enamoradizos,
con los míos, haciéndome feliz.
Respiramos el mismo aire,
bebimos la misma saliva,
abrazamos el mismo cuerpo.
Y nos fundimos en el baile,
de dos almas sin salida
de un tiernísimo cuento.
