El Chalet de la muerte
A las víctimas de Arenillo.
Casa inglesa ladrillosa
modelando en la colina
¡Qué difícil es mirarte!
pues la muerte te camina,
la neblina a ti te oculta,
el rubio sol te engomina
y esos gritos aún se escuchan
de los muertos que germinan
la tierra que te rodea
y los llantos no te esquivan.
Caídos por motosierra
¿Cuántos fueron? ¿adivinan?
Torturados y arrojados,
de la casa, en sus esquinas,
acomodo milimétrico
de un pasado que relincha.
¿Cuánto horror tú soportaste
con esa efigie maligna?
¿Cuántos años degustaste,
cual vampira de la Estiria,
la sangre de los vecinos
en tu frenesí, valquiria?
Inhumada por el tiempo,
escombros ya eres, maldita.
Púdrete en tu podredumbre,
borra tu oscura sonrisa,
adefesio que aún florece
y cobra almas, asesina.
