¡Con qué indecible gracia, tan varia como fácil, el voluble abanico, Dorila, llevar sabes! ¡Con qué movimientos

Ya de mis verdes años como un alegre sueño volaron diez y nueve sin saber dónde fueron. Yo los llamo afligido,

Tus ojuelos, niña, me matan de amor. Ora vagos giren, o fíjense atentos, o miren exentos,

Venid, avecillas, venid a tomar de mi zagaleja lección de cantar. Venid; de sus labios,

Nada por siempre dura. Sucede al bien el mal, al albo día sigue la noche obscura, y el llanto y la alegría en un vaso nos da la suerte impía.

«Dicen que alegre canto tan amorosos versos, cual nuestros viejos tristes nunca cantar supieron. »Pero yo, que sin sustos

Cuando de mi camino atrás volviend… miro, Señora, en mi preciso daño, tal es mi pena y mi dolor tamaño que me siento en angustias fenecie… Mas cuando vuelo a vos, alegre vie…

¿Si es él, Amor? ¡Qué trémula la… rompe el último nema! Me lo anunci… con zozobra feliz saltando el pech… No, no puedo dudarlo: el importuno velo cayó; tu celestial imagen,

Al ir a despedirme, temiéndose mi olvido, me dio para memoria Dorila un Cupidillo: diciéndome: «En mi seno

¿Qué te pide el poeta? di, Apolo, ¿qué te pide cuando derrama el vaso, cuando el himno repite? No que le des riquezas

Cuando a mi pobre aldea feliz escapar puedo, las penas y el bullicio de la ciudad huyendo, alegre me parece

¡Oh!, rompa ya el silencio el dolo… y al labio salga en dolorido acent… la aguda pena en que morir porfío. Con lastimeros ayes gima el viento… y entre suspiros y mortal quebrant…

Bajo una erguida populosa encina, cuya ancha copa en torno me defien… de la ardiente canícula, que ahora con rayo abrasador angustia el mun… tu oscuro amigo, Fabio, te saluda.