Hoy leí en grandes carteles que...
¡Nos han prohibido el amor!
Y me fui a llorar mi tristeza
a un rincón donde nadie me viera.
Volví y escribí ¡Te quiero!
Sobre un fondo de esperanza
escrito con tinta negra
y un borde rojo de sangre.
Sangre de esa herida eterna
que portamos los que amamos
en las noches que soñamos
como única bandera.
¡Nos han prohibido el amor!
Niña de hermosa mirada.
¡Nos han prohibido el amor!,
para impedir que te duermas...
Y que tu mirada escondas
para que nadie la vea...
y tu sonrisa se vuelva
con el dolor una mueca.
¡Nos han prohibido el amor!...
Pero descuida y perdona,
que yo sabré defenderte
contra todo el que te ofenda.
A viva lágrima, lloré tu ausencia,
esperando que amanezca,
creando la noche más larga
de mi ya larga existencia.
Para gritarle al mundo entero,
que si han prohibido el amor,
yo te amaré con más fuerza.
Dueña de mi corazón.