José Luis Hidalgo

Dios en la primavera

Limpio, limpio de amor, limpio de odio,
es como yo quisiera poseerte.
Lejos de la sombría pesadumbre
de este humano vivir ardiendo siempre.
 
Lejos, lejos de mí, que no estoy limpio
porque te odio y amo sin tenerte.
Como ese tronco puro y esa rama
dentro del corazón hoy te florecen.
 
Sin la materia ciega que transcurre
y hacia Ti se dirige sin saberte.
Con el espíritu solo, desnudo,
más allá de mí mismo comprendiéndote.

(1947)

#EscritoresEspañoles El De de libro los muertos

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