#EscritoresEspañoles
Bajo el viento implacable de los a… me inclino, como un árbol doloroso… hasta tocar la tierra donde el tie… mis pasos va borrando con su soplo… En la frente me suenan, dulcemente…
En esta humilde carne que me has d… has de cavar, Señor, mi sepultura, y ha de nacer la yerba, una mañana… en la tierra desnuda que la cubra. El viento ha de pasar, como ahora…
Los cuerpos, aquí están, irremedia… Bajo los cuerpos sé que nada queda… Arriba sólo el aire adelgazándose donde un cielo, implacable, se des… Yo no sé por qué ríos, por qué val…
Bajo la tierra seca, arden eternamente vuestras llamas por un aire sin pájaros, eternamente alimentadas. Madre terrible, exprime
El sueño de aquel hombre que tenia… andaba doblandose y desdoblandose… En las ventanas de toda la ciudad empezaron a apagarse aquellos ojos… que querian contemplar hasta lo ul…
Cuando todo, en el tiempo, era un… Tú creaste en la tierra, para que… la piedra enjuta y seca, los árbol… y mi corazón rojo, donde brama la… Pero yo no te canto, porque una lu…
Sólo tú y yo sabemos la verdad de… que día a día robamos a la muerte, que erigimos de nada tan solo con… humo ceniza de un beso olvidado en tu f…
Arde, en la noche, la belleza de las cosas que no se ven, y la ceniza se derrama sobre el silencio de su ser. El Dios oculto que nos vela,
que se oye fuera, es el viento que corre sobre la hierba. No tengas miedo al viento que él es tu amigo,
Clamores desde el fondo. Se crispan las palabras como serpi… como aullidos que salen del crujir… y se vuelven de acero llorando ant… Y sobre todo esto:
Atardecer de marzo en la mar cenicienta. El crepúsculo, lejos. ya no se ve, se sueña. Atardecer de marzo,
CABALLO, siempre hijo, nieto de… padre de dulces potros engendrados… y engendradores de engendradores e… pero que yo puedo pensar con mi di… si estuviera viéndolo.
Este día que viene a mis labios esgrimiendo su zumo de oro, moja el alma en su triste belleza, y la embriaga de sueños remotos. Todo acaba en su luz amarilla.
...Y no te querrán los ángeles si continuas llorando. No bajaran cuando duermas a limpiarte los zapatos. Mañana por la mañana
LA selva estremecida y, en las lu… de los ojos, gacelas presurosas huyen como horizontes asaltados, como estampidos tenues cuyo sentid… Con un son reposado cruje la garra