En el bosque
I
Un sol candente corona el bosque,
rocas y flores abrasa ya;
y perezosa, con paso lento,
timida oveja balando va.
Dorado fruto del árbol pende,
muestran las nubes pardo color,
chispas despiden aguas y arenas,
cada paloma busca su amor.
Ven por la sombra de los naranjos,
hermosa virgen, nadie te ve;
ven y no temas; cruza el arroyo,
la saya en cinto, desnudo el pie.
II
Ya fatigado junto a las aguas
plega sus redes el pescador,
plega sus alas la mariposa
y su corona fragante flor.
Alegres bodas, citas ocultas
ya todo el campo va a celebrar;
ya no hay sin nidos valles ni sotos,
ni ave que sólo quiera cantar.
Ven por la sombra de los naranjos,
hermosa virgen, nadie to ve;
ven y no temas; cruza el arroyo,
la saya en cinto, desnudo el pie.
III
El sol abrasa, giran las nubes,
el aire pesa sobre mi sien;
hierve mi pecho, mis venas laten,
de amor expiro: mi indiana, ven.
Ven, mi adorada; de dos palmeras
mi suave hamaca te colgaré;
del agua al borde, con blando impulso,
tu lecho inmóvil columpiaré.
Ven a la sombra de los naranjos,
hermosa virgen, nadie te ve;
ven y no temas; cruza el arroyo,
la saya en cinto, desnudo el pie.
IV
Tendrás abejas que en torno zumben
del limpio arroyo murmurador;
verás tojosas entre los juncos
que te enamoren con tu clamor.
Ven y, tendida sobre la hamaca,
aquí en la siesta reposarás;
y al son del agua que te embelese,
entre hojas verdes te dormirás.
Ven por la sombra de los naranjos,
hermosa virgen, nadie to ve;
ven y no temas; cruza el arroyo,
la saya en cinto, desnudo el pie.
