Nunca más caminando por las calles vacías
del parque invernal:
Nunca más, ojos negros; nunca más, fresca boca,
nunca más.
Tuvo que ser, como las hojas secas,
como las hojas secas que se van:
Nunca más tu sonrisa bajo los viejos olmos,
nunca más.
Como el viento en la palma de la mano,
era el último amor, y se fue ya.
Qué poca cosa: el viento... el viento que no vuelve
nunca más.
Tuvo que ser, como sembrar el trigo
en la arena sin fin: era fatal.
Junto al pozo sin agua ya no crecen las rosas
nunca más.
Todo se fue en el viento, todo, todo,
menos esta tristeza que ya nunca se irá;
menos esta tristeza de no besar tu boca
nunca más.