Debo burlarme de mi mismo, vagabundo con pasaje de ida y vuelta.
Fabricante de nubes, inquieta el viento de otoño.
Debo burlarme de mi mismo, de mi niñez de sotana.
En el texto escolar hipopótamos y caníbales.
Recuerdo haber paleado arena en una goleta de cabotaje.!Era tan hermoso el crepúsculo desde la cabaña abandonada ¡Y aquel viejo bergantín encallado, con los mástiles ennegrecimos,
y los largos libros bancarios con viruelas de tinta.
Ah si, debo burlarme de mi mismo en aquel otro ausente
que ya apenas soy yo en el fondo de sus retratos.