Te la dedico
Cómo explicarle al tiempo que se me hizo tarde, cuando ni el mismo tiempo quiere pararse a esperar, cómo puedo calmar lo que en mi pecho arde cuando es tu mismo recuerdo el que me hace respirar, y entre relámpagos de arena y aire muerto, sumido en la condena de verte en la lejanía, entre mi pecho aún llevo al alma al descubierto y me curo las heridas escribiendo poesías, te las dedico, a ti y a los recuerdos... A los instantes muertos que separan nuestras vidas, a todas esas veces que escribí en tu cuerpo tantas líneas que ahora el viento las ha convertido en ruinas.
Y en la República del no saber que hacer, naufragado en las costas del tormento del recuerdo, allá en el horizonte puedo ver otro nuevo amanecer que sale el sol y no te tengo...
Y no es tristeza lo que habita en mi ser, es el fantasma de tus besos guardándose entre mi piel, cómo vagando entre barquitos de papel, ando sin timonel y siento que me gana el viento...
Ya he descubierto que hay detrás del sufrimiento, cuando quieres volver y ya no encuentras tus pisadas, ahora que mi camino lo perdí hace tiempo vago solo y en silencio recordando tus miradas.
Y siento que me astía está melancolía, el sabor de mi boca es similar al de tus besos, que duro es anhelar lo que tenías justo cuando te das cuenta que ya se encuentra muy lejos...
Y ya perdí la cuenta de cuántos poemas he escrito en el intento de arrancarte de mi... Pero es que acá parece que el problema es que soy yo que no quiero desprenderme de ti.
Y es que hay tormentos más allá de desamor, como diría Sharif, el negociar con el olvido, y es que cuando se nos parte el corazón no podemos ni curarnos ni fingir que no ha dolido.
Pero la vida siempre volverá a empezar, y así con un final llega el inicio de algo más, y en este mundo con zapatos de cristal vuelven a sonar las doce y se va la tempestad.
Todos hallamos la manera de seguir, aunque por el camino existan lágrimas y engaños, que hermoso que es el arte de sufrir, que se vuelve perfecto con el paso de los años.
