Yo te quiero, mi amor, porque me quieres,
porque vivimos juntos días felices,
porque, a tu modo, tú también bendices
las horas dulces de nuestros ayeres.
Porque tú, entre todas las mujeres,
viviste junto a mí mis días grises,
aquellos que dejaron cicatrices...
Te quiero, en fin, por ser como tú eres.
Pero si un día tú dejas de quererme,
si cambias tú, si ya no eres así,
y esos tus ojos ya no quieren verme,
hastiados ya de solo verme a mí,
si tu entusiasmo por mi amor se duerme,
te seguiré queriendo porque sí.