Manhattan, mi voz se riza
de los pies a la tristeza,
la vida va en una pieza
del aire que se eterniza.
Cuatro bajo cero. Eriza
esta noche que se tiende
por la calle, que se enciende
como nostalgia y asombro,
como ternura que al hombro
galopa en un potroduende
¡Oh Manhattan, oh ciudad
dueña de los pergaminos,
hallo duendes en los vinos
hiriendo la oscuridad!.
Tres bajo cero.Verdad
como el árbol navideño
que se cansó de ser sueño,
de remar entre las cruces
y remendarle las luces
al hijo de un Dios pequeño.
Manhattan, las tempestades
de un tiempo crepuscular,
van subiendo al bulevar
que tienen las soledades.
Con la edad de las edades,
en San Patrich, de puntillas.
Dos bajo cero.¡Amarillas,
vuelven voces al letargo
de este noviembre tan largo
que ha crecido en mis rodillas!
¡Oh Manhattan, majestuosa
vas cruzando por el prisma
de un recuerdo que se abisma
en mi lágrima ojerosa.
Uno bajo cero.¡Hermosa
desde un arco de algodón
haces tensar mi canción,
flecha para un rascacielos,
ave que escribe en los cielos:
salven la risa a King Kong!l
Jesús Álvarez Pedraza