Yo hube besado el perfume de la noche,
Los vientos picotearan el silencio de la madrugada,
Mientras las aves rocaron sobre la luz del alba,
Los carillos viajaron dentro de los azotes.
El amor fluctuó delante de los delirios del placer
Y las horas se quedaron horripiladas de emoción,
Hubo una sensación que trajo la voz del corazón
Y una melodía calentó el rocío dentro de cada ser.
Yo acaricié el tiempo... Hubo lluvia de ternura...
Los minutos encubrieron el espejo de la partitura
Y del espacio las nubes derramaron el celo...
No hubo dolor ni lágrimas... Venció la sutil magía
Del sentimiento que malparió de las fantasías
El dogma de que sin amor nada puede ser sincero!
DE Ivan de Oliveira Melo