Tú, el que me lee ahora, eres un muerto,
te retuerces como lombriz en la oscuridad terrestre,
es tu paso ciego un tunel y un agujero,
pero en el sueño de la lluvia sales a morir de nuevo,
eres cenizas en el corazón de un fenix;
calor y humo en la razón del carbón,
solo hace falta una chispa en el viento,
una certeza en tu putrefacción,
un autentico motivo, un aliento,
para el tiempo de tu resurrección.