De El hombre junto al mar, 1981
#Cubanos #SigloXX #ElHombreJuntoAlMar
Hace tiempo te había prometido muc… poemas de amor y –ya ves– no podía… Tú estabas junto a mí y es imposible escribir sobre lo q… Lo que se tiene siempre es poesía.
Mi absurda persuasión abriéndole c… pero la poesía no entra. Ella no elije noches para entrar.… dominio impone –como afirman– de n… A cualquier hora el mundo la despl…
El sol ha cedido en la sombra el mar encrespa de repente sus ola… Menea los manglares donde flotan cientos de garzas largas como preocupaciones
Ámalo, por favor, que es el herido que redactaba tus proclamas, el que esperas que llegue a cada h… el que ahora mismo tal vez estén s… a bofetadas,
Cuando yo era un poeta que me pase… por las calles del Kremlin, culto en los más oscuros crímenes… Ala y Katiushka preferían acariciarme la cabeza,
Siempre, más allá de tus hombros v… Chispea bajo los temporales. Es un pedazo de madera podrida, un… que alguien menea como a contracor… El mundo que nuestros cuerpos
Hay un hombre tirado junto al mar Pero no pienses que voy a describi… ahogado Un pobre hombre que se muere en la… Aunque lo hayan arrastrado las ola…
Esta mujer no pinta sus cuadros para que nosotros digamos: “¡Qué c… salen de la cabeza de esta pintora… Ella es una mujer de ojos enormes. Con estos ojos cualquier mujer pod…
Entre marzo y abril está mi mes má… Apretado a tus brazos ascua feliz el más tierno y salvaje te dije:
Yo vivo en Cuba. Siempre he vivido en Cuba. Esos años de v… por el mundo de que tanto han habl… son mis mentiras, mis falsificacio… Porque yo siempre he estado en Cu…
A los héroes siempre se les está esperando, porque son clandestinos y trastornan el orden de las cosas… Aparecen un día
Los viajeros tal vez, pero yo no estoy seguro de que pue… protección. En el mundo ya no quedan zonas de… Cuando subo escaleras de cualquier…
Niños: vestíos a la usanza de la reina Victoria y ensayemos a Shakespeare: nos ha enseñado muchas cosas. Sé tú el paje,
En los bosques de Rusia yo he visto un abedul. Un abedul de hierro, un abedul que lanza como los elect… su nudo de energía y movimiento.
¿A quién doy realidad cuando bajo de noche la escalera y veo al impasible caballero —con su ojo gris de estaño— esperando, acechando?