Entre osar y temer, entre esperanza
y un triste recelar desesperado,
entre gozo y dolor, entre un cuidado
y un cierto no sé qué de confianza,
entre aquel bien que un amador alcanza
mientra espera gozar lo deseado,
y entre aquel mal que siente un desdichado
que teme de fortuna en la bonanza,
Vandalio, enamorado y temeroso,
está entre un cierto sí y un no más cierto,
no suceda a su bien fortuna aviesa,
cuando dijo: «¡Dolor fiero, rabioso!,
hoy triunfas de mi vida, hoy seré muerto
si Amarílida falta a su promesa».