Cuento tus silabas, ¡oh luminosa
materia viva!, sangre de mis venas,
vestal hecha de sueños, frágil diosa,
al fin del día de nubes verbenas.
Yo sé que eres el universo, hermosa
música cautiva de tantas penas,
tú izas el mar en agua poderosa,
tú curas en luz con tus manos plenas.
Y esta pluma que soy, esta hoja liviana,
sujeta al vendaval que la devora,
sigue el rumbo impreciso de la vida.
Ya existe el reloj con su mortal hora,
el segundo que anhela mi alma vana
para ser eterno en tu voz querida.
Publicado como Golem 28 ene 2022.