Guirleth Campillo

Amor platónico

Te sueño y no, te quiero y no, amigos y no, amantes… no.

Aún te recuerdo hace tanto en aquel barandal, tus ojos claros mirándome, tu tierna sonrisa hablándome. Y ahí estaba yo, contemplándote.

Recuerdo después los celos de aquel hombre al verte rondando por los pasillos del edificio gris. Celos que exhibían peligrosamente mi deseo casi prohibido por ti.

Te recuerdo también sentado en clase cerca de mí y tus pícaras historias al pasar por mi hogar para según estudiar. Como siempre yo,  admirándote.

Te recuerdo eternamente lindo, sensible, inteligente y trabajador. A mis ojos, físicamente, una escultura tallada en alabastro, superando al David de Miguel Ángel con esa calidez que te caracteriza. Y yo, suspirándote…

Pronto todos esos recuerdos se convirtieron en sueños recurrentes alimentados por la alegría de sentir tus abrazos al encontrarte esporádicamente.

Y aunque mi dicha no es grata al saber que la causa de mi júbilo es el mismo motivo de tu tormento, que tu sonrisa ahora es borrosa, y que no puedo evitarte el dolor; mi idilio, me declaro culpable al confesar que  fantástico ha sido tocarte, sentirte, tenerte, olerte, entre sinfonías  de susurros oírte y destellos de luces verte. Contemplar lo oscuro del metal haciendo eco en mis oídos y lo albo de tu piel fundida con la mía en un sólo color. Sentir tus manos en mí, sentir mis manos en ti. Percibir la dulzura de tus labios rondando mis membranas, la profundidad de tus ojos que no me permitieron ver tu alma y esa humedad perturbada entre instantes de gozo y placer.

Ese instante sublime en que tu cuerpo ha sido mío, sólo tu cuerpo, porque tu mente de otro cuerpo ni un instante consiguió escapar. No puedo entender cómo me haces temblar y mis nervios descontrolar. En un segundo todo pasó de lo etéreo a lo terrenal, de lo platónico a lo carnal, de lo eterno a lo fugaz…

A tu lado mi amante, mi amigo, mi platónico amor por unos instantes con Hipnos he hablado, pero Tánatos me atormenta porque dice que ahora ni amigo, ni amante, ni amor…

¡Qué duro es percatarse, que aún siendo excelso el encuentro, mejor es soñar que hacer el sueño realidad!

GUIRLETH

(2015)

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