¡De qué callada manera
se me adentra usted sonriendo,
como si fuera
la primavera!
(Yo, muriendo.)
Y de qué modo sutil
me derramó en la camisa
todas las flores de abril.
¿Quién le dijo que yo era
risa siempre, nunca llanto,
como si fuera
la primavera?
(No soy tanto.)
En cambio, ¡qué espiritual
que usted me brinde una rosa
de su rosal principal!
¡De qué callada manera
se me adentra usted sonriendo,
como si fuera
la primavera!
(Yo, muriendo.)
Alfredo Jiménez G.
9yCanción dedicada a toda aquella persona especial que llega discretamente a nuestras vidas para, como no queriendo, volcar toda la luz, la dicha, la brisa, la alegría, la amistad sincera y cuantas cosas buenas sean enunciables. Desde las tierras mágicas de Cuba el inmortal Poeta Nicolás Guillén escribe con el néctar embriagador de "todas las flores de abril" sobre la arena estas bellas notas silábicas, las olas las disgregan y luego Pablo Milanés las esparce como lluvia fecunda por todos los "tejados del mundo".