a las Mar de mi vida
Ese, ese era mi nombre
Aún lo reconozco
Nunca significó nada, hasta ahora
Olas de mar que vienen y van
Con un significado único nunca legible
Y casi eterno
Así son esas letras, vaivén continuo
Le habría hecho honor si me hubiese centrado más en la arena
En lo que queda,
Si me hubiese preocupado menos por las crestas blancas, por las demostraciones vacuas, por la furia de los bordes, por demostrar cuan grande era
Acaso podría haber dejado más protagonismo al horizonte para que la perspectiva quedase más nítida e inmensa
Podría mi nombre haber hecho música como mar de fondo
Podría mi nombre haber amado el suyo?, no, ni en mil años, y sin embargo así fue
Son dos peldaños de escaleras inconexas, de acantilados lejanos, de barcos que se alejan
Que revuelto puede estar el mar y como te arrastra y te embriaga, como te lleva donde tu no sabrías ir, donde no querrías llegar. Así mi nombre hizo lo que quiso, sin aceptar conducción ni ruta, sin dejar lugar a la vida que soñaba, ni la que quería, transformando los patrones de las olas en lo que iba sucediendo, sin más, sin orden ni concierto.
Y ya da igual. Queda la vida dentro. Quedan miles de seres distintos, cada uno a por su fuero, cada instante a por lo inverosímil, cada mentira en su cielo
Si rompo en la orilla que sea sin espuma, que sea en silencio, que sea imperceptible. Que por mucho que rompa no habré llegado, a ver si un poco de mi se habrá quedado. No aspiro a dejar huellas. Si a dibujar las marcas de otros, de los que caminan, de los que juegan, de los que pasan sin apenas darse cuenta...
Mar matriz, historias de cuentos, quédate con mi nombre y haz una roca en medio. Que me pueda subir a ella y contemplar luceros, y sentir frio y saber que no estoy cayendo...