La luna, como la esfera luminosa del reloj de un edificio público. ¡Faroles enfermos de ictericia! ¡Faroles con gorras de “apache”, que fuman un cigarrillo en las esquinas! ¡Canto hum...

A unos les gusta el alpinismo. A otros les entretiene el dominó. A mí me encanta la transmigración. Mientras aquéllos se pasan la vida colgados de una soga o pegando puñetazos sobre un...

Mito mito mío acorde de luna sin piyamas aunque me hundas tus psíquicas esp… mujer pescada poco antes de la mue…

El bermellón gritaba. Gritaba el verde nilo. El granate, el cobalto, el índigo gritaban. Del negro, al escarlata

Los nervios se me adhieren al barro, a las paredes, abrazan los ramajes, penetran en la tierra, se esparcen por el aire,

La hélice deja de latir; así las casas no se vuelan, como una bandada de gaviotas. Erizadas de manos y de brazos que emergen de unas mangas enormes…

¿Si intentara una nube... una pequeña nube, modesta, cotidiana, transportable,

Si el engaste el subsobo los trueques toques topos las malacras el desove

Toco toco poros amarras calas toco teclas de nervios

¡Azotadme! Aquí estoy, ¡azotadme! Merezco que me azoten. No lamí la rompiente,

La noche, navegando como ayer, como siempre, por aguas de silencio, de calma,

sola Bella, tiene justo el grandor que queda bien, en la tela que pintan las inglesas. Isola Bella, con su palacio y hasta con el lema del escudo de sus puertas de pórfido: ¡Salones! ...

En lo alto de esas cumbres agobian… hallaremos laderas y peñascos, donde yacen metales, momias de alg… peces cristalizados; pero jamás la extensa certidumbre

Entre un bosque de mástiles, y con sus muelles empavesados de c… Chioggia fondea en la laguna, ensangrentada de crepúsculo

Me derrumbé, caía entre astillas y huesos, entre llantos de arena y aguaceros de vidrio,