#EscritoresMexicanos
Qué hermosa eres, Diablo, como un… Mucho más despiadada, Cuando te llamas alba y mi noche e… Cuando tu pie de seda se clava de… Abstinencia,
Niño Abril me escribió de un pueb… Por completo silvestre, por comple… Pero yo con mi sombra estaba Haciendo sube y baja En balanza de aire, a la ventana,
Apuntamos aquel cielo Que se nos desplomaba, verdinegro. Los que pasaban a lo lejos eran ¿Sombras chinescas En la pantalla del crepúsculo?
¡Qué bosque –cómo oprime– tan oscu… Ganas de sacudir los árboles Para que caiga aquella luz Que se quedó enredada Entre las ramas últimas.
¿Nada de amor —¡de nada!—para mí? Yo buscaba la frase con relieve, l… Hecha carne de alma, luz tangible, Y un rayo del sol último, en tanto… El confuso piar de mis polluelos.
Si lo escribió mi prisa feliz, ¿co… Cómo dije: “palomas cálidas de tu… En sus picos leería: brasa, guinda… Pero la luz recuerda más duro su c… Y el aire el inflexible número de…
Ya no va a dolerme el mar, Porque conocí la fuente. ¡Qué dura herida la de su frescura Sobre la brasa de mi frente! Como a la mano hecha a los espinos
Tierra que la guarda ahora —Montoncito de tierra Y un poco de savia en los árboles—… Ramas sin marzo, sin viento, Metálicas, más de luna
El agua, entre los álamos, Pinta la hora, no el paisaje; Su rostro desleído entre las manos Copia un aroma, un eco... (Colgaron al revés
Con ser tan gigantesco, el mar, y… Qué delicadamente dejó escrito —Con qué línea tan dulce Y qué pensamiento tan fino, Como con olas niñas de tus años—,
Por senderos de hienas se sale de… Si se supo ser hiena, Si se supo vivir de los despojos De la esposa llorada más por los f… Poeta viudo de la poesía,
Me acerco a las prudentes Islas V… Abeja (la canela y el sándalo, el… Y otras, las rubias, el añil y el… Pero son demasiado cautas para mi… Y me huyen, fingiéndose ballenas.
¿Y aquel otro Caminito del cielo Por donde anoche fueron Nuestros ojos? Cuatro príncipes iban sobre él;
El pañuelo de espumas Del rompeolas me lloraba, ¡adiós!, Y en la noche aquel grito —aquella… ¡Ven! Y mi corazón que era sólo Un temblor que cantaba, en medio,
Las cosas que entran por el silenc… Sabemos, porque nos dejamos olvida… Soledad llega por los espejos vací… Rompiendo las vitrinas de museo; l… Granadas para que entre el grillo…