¿Nada de amor —¡de nada!—para mí?
Yo buscaba la frase con relieve, la palabra
Hecha carne de alma, luz tangible,
Y un rayo del sol último, en tanto hacía luz
El confuso piar de mis polluelos.
Ya para entonces se me había vuelto
El diálogo monólogo,
Y el río, Amor —el río: espejo que anda—,
Llevaba mi mirada al mar sin mí.
¡Qué puro eco tuyo, de tu grito
Hundido en el ocaso, Amor, la luna,
Espejito celeste, poesía!