A Jorge Guzmán Dinator
#Chilenos #Mujeres #PremioNobel #SigloXX #1922 #Desolación #Vida
Dejaron un pan en la mesa, mitad quemado, mitad blanco, pellizcado encima y abierto en unos migajones de ampo. Me parece nuevo o como no visto,
Niñita de pescadores que con viento y olas puedes, duerme pintada de conchas, garabateada de redes. Duerme encima de la duna
Pasamos alborotados de una ola de fragancia. Demorar, mi niño, el paso, gozar al aire su gracia. Tan austeros como viejos
Árbol de fiesta, brazos anchos, cascada suelta, frescor vivo a mi espalda despeñados: ¿quién os dijo de pararme y silabear mi nombre?
En cuanto engruesa la noche y lo erguido se recuesta, y se endereza lo rendido, le oigo subir las escaleras Nada importa que no le oigan
Padre: has de oír este decir que se me abre en los labios como… Te llamaré Padre, porque
Que sopló el viento y se llevó las… y que en las nubes iba un pavo rea… que el pavo real era para mi mano y que la mano se me va a secar, y que la mano le di esta mañana
Duérmete con tus dos sangres, en cervato del Desierto, bien si acaso te despiertas, bien si quedas en ef sueño: bueno es vivir y morir,
—Paremos que hay novedad. ¡Mira, mira el Bío-Bío! —¡Ah! mama, párate, loca, para, que nunca lo he visto. ¿Y para dónde es que va?
No cantes; siempre queda a tu lengua apegado un canto: el que debió ser entrega… No beses: siempre queda, por maldición extraña,
¡Cordillera de los Andes, Madre yacente y Madre que anda, que de niños nos enloquece y hace morir cuando nos falta; que en los metales y el amianto
Mientras tiene luz el mundo y despierto está mi niño, por encima de su cara, todo es un hacerse guiños. Guiños le hace la alameda
Flor, flor de la raza mía, Sombra… ¡qué dulce y terrible tu evocación… El perfil de éxtasis, llama la sil… las sienes de nardo, l’habla de ca… Cabellera luenga de cálido manto,
La sal cogida de la duna, gaviota viva de ala fresca, desde su cuenco de blancura, me busca y vuelve su cabeza. Yo voy y vengo por la casa
Si tú me miras, yo me vuelvo hermo… como la hierba a que bajó el rocío… y desconocerán mi faz gloriosa las altas cañas cuando baje al río… Tengo vergüenza de mi boca triste,