A Antonio Aita
#1938 #EscritoresChilenos #Tala
-«Será que llama y llama vírgenes la vieja mar epitalámica; será que todas somos una a quien llamaban Nausicaa.» «Que besamos mejor en dunas
Victoria, la costa a que me trajis… tiene dulces los pastos y salobre… el mar Atlántico como crin de potr… y los ganados como el mar Atlántic… Y tu casa. Victoria, tiene alhuce…
La tierra es dulce cual humano lab… como era dulce cuando te tenía, y toda está ceñida de caminos... Eterno amor, te espero todavía. Miro correr las aguas de los años,
Me acuerdo de tu rostro que se fij… mujer de saya azul y de tostada fr… que en mi niñez y sobre mi tierra… vi abrir el surco negro en un abri… Alzaba en la taberna, honda, la co…
Esta era una rosa llena de rocío: éste era mi pecho con el hijo mío. Junta sus hojitas
¡Cristo, hijo de mujer, carne que aquí amamantaron, que se acuerda de una noche, y de un vagido, y de un llanto: recibe a la que dio leche
¿Cómo quedan, Señor, durmiendo lo… ¿Un cuajo entre la boca, las dos s… las lunas de los ojos albas y engr… hacia un ancla invisible las manos… ¿O Tú llegas después que los homb…
Mientras tiene luz el mundo y despierto está mi niño, por encima de su cara, todo es un hacerse guiños. Guiños le hace la alameda
Las montañas se deshacen, el ganado se ha perdido; el sol regresa a su fragua: todo el mundo se va huido. Se va borrando la huerta,
Del hombre fugitivo sólo tengo la huella, el peso de su cuerpo, el viento que lo lleva. Ni señales ni nombre,
Por que duermas, hijo mío, el ocaso no arde más: no hay más brillo que el rocío, más blancura que mi faz. Por que duermas, hijo mío,
¿Y las pobres muchachas muertas, escamoteadas en abril, las que asomáronse y hundiéronse como en las olas el delfín? ¿Adónde fueron y se hallan,
¡Ah! Nunca más conocerá tu boca la vergüenza del beso que chorreab… concupiscencia, como espesa lava! Vuelven a ser dos pétalos naciente… esponjados de miel nueva, los labi…
La niebla ha ido adensándose en forro azul-ceniciento y cegando el mar nos hurta la nidada de archipiélagos: hembra tramposa y ladina
Corderito mío, suavidad callada: mi pecho es tu gruta de musgo afelpada. Carnecita blanca,