A Antonio Aita
#Chilenos #Mujeres #PremioNobel #SigloXX #1938 #Tala
Doña Primavera viste que es primor, viste en limonero y en naranjo en flor. Lleva por sandalias
#1922 #Desolación #Vida
—Mentaste, Gabriela, el Mar que no se aprende sin verlo y esto de no saber de él y oírmelo sólo en cuento, esto, mama, ya duraba
En donde Chile cansado por fin de rutas y espacio quiere morir como todos, gacela, coyote o ganso, él empecinado aún
Yo sueño con un vaso humilde y simple ar… que guarde tus cenizas cerca de mis mira… y la pared del vaso te será mi mejilla, y quedarán mi alma y tu alma apaciguadas… No quiero espolvorearlas en vaso de oro…
Duérmete, mi niño, duérmete sonriendo, que es la ronda de astros quien te va meciendo. Gozaste la luz
La llama y yo cambiamos señas, ella torciéndose, yo enclavada. Le encargo quemar mi cuerpo en caoba derribada. Y la llama aceptando me toma
A la azul llama del pino que acompaña mi destierro, busco esta noche tu rostro, palpo mi alma y no lo encuentro. ¿Cómo eras cuando sonreías?
Cristo del campo, “Cristo de Calvario” vine a rogarte por mi carne enferma; pero al verte mis ojos van y vienen de tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza. Mi sangre aún es agua de regato;
#1938 #Tala
¡Noel, el de la noche del prodigio, Noel de barbas caudalosas, Noel de las sorpresas delicadas y las sandalias sigilosas! Esta noche te dejo mi calzado
Piececitos de niño, azulosos de frío, ¡cómo os ven y no os cubren, ¡Dios mío! ¡Piececitos heridos
En el medio del llano, un árbol seco su blasfemia alarga; un árbol blanco, roto y mordido de llagas, en el que el viento, vuelto
A la cara de mi hijo que duerme, bajan arenas de las dunas, flor de la caña y la espuma que vuela
Niñita de pescadores que con viento y olas puedes, duerme pintada de conchas, garabateada de redes. Duerme encima de la duna
Tenías, ay, tenías cielo y tierra (1) abiertos, y dorados y extendidos: en tus dos ojos griseaba la caña y el cafetal estaba en flor y en sangre y los granados rompían el aire.
Le he encontrado en el sendero. No turbó su ensueño el agua ni se abrieron más las rosas; abrió el asombro mi alma. ¡Y una pobre mujer tiene