¡Oh, amigo, el de las blandas liga… el imberbe barbado, el verde monje… mira por dónde estoy, tú, el que m… con los ojos perversos, tú, el inc… ¡Oh, amigo, el de las pronas multi…

El viejo corazón pulula a diario por el barrio bajo de los recuerdo… que no se olvidan ni periclitan. Inmarcesibles, estos recuerdos le traen fragancias de la primaver…

A veces llueve en el rincón del pa… y entonces pienso que el gentío se… Se siente frío, es la verdad, no t… comprenden que estar solo no es al… A veces llueve, es cierto, en la a…

Apoyada en el cosmos, la mano se hace móvil modulación, trabaja para no diluirse. Crea formas y leyes

La langosta se come los trigos, se corta los humos, se compra los dientes que tiene. La langosta que salta y deshace los trigos más altos y pone

Siento y me crezco y me recrezco o… gemir la grúa, el compresor, la ho… dentro de mí. Venía tu material, oh pueblo, a punto. Se levantaba el edificio

Abierta está la puerta a esta mi s… taimadamente corta y recubierta de una parte de vida medio muerta confabulada para nunca verte. Abierto mi dolor a este amor fuert…

1. Junto a los altavoces crecen voces diurnas, casi desmesu… Llueve a menudo en el portal. Son varias las postales que en el armario gimen.

Becerro herido la sangre del Agnus Dei qui tollis pecata mundi. Sus blandos ojos hondos musitan plegarias

miró Miró la arquitectura con las lentes de su bondad lento mirar hacia la altura que el edificio crece sin cesar miró Miró la gente dura

Por ejemplo, el niño estaba realme… Nadie se sorprendía, por ejemplo, de que la madre se pusiera triste, de que el domingo nada de conciert… de que, por ejemplo, el padre pase…

Primero se le coge de una pata, luego se le propina un puntapié, más tarde se le da un terrón de az… y acto seguido pan y leche y palos… Transcurridos seis meses por lo me…

Um projecto de existência consubstancial ao pó, um impulso instintivo, um ríctus fundamental de hesitação.

Alvar Aalto: una vez más con tus maderas alabeadas y tus sillas de sentar. Alvar Aalto: nos conmueve la pura serenidad