#Andaluces #Españoles #Modernismo Francisco Villaespesa
¿El Bien y el Mal? ¿Quién sabe s… El crimen de la abeja se transform… en miel. En tu anhelar sigue la no… del instinto, lo único divino que resta al barro humano. Peregri…
¡Oh enfermas manos ducales, olorosas manos blancas!... ¡Qué pena me da miraros, inmóviles y enlazadas, entre los mustios jazmines
La sabia mano a cuyo tacto ardient… vibra la carne como un instrumento… prolongó la agonía del momento en una languidez intermitente... ¡Oh, el cálido contacto de tu fren…
Soy un alma pagana. Adoro al dios… y persigo a las ninfas por las ver… y me gusta embriagarme en mis líri… con vino de las viñas del viejo An… ¡Que incendie un sol de púrpura de…
Sacar en hombros por mi puerta miré ayer un ataúd, donde entre flores iba muerta mi Juventud. Perdida toda fuerza física
Frescura matutina del paisaje... Verdores temblorosos del rocío... A veces bajo el túnel del ramaje brilla al sol la serpiente azul de… Hay olor de vendimia en los parral…
El reloj encantado retumba la una. Bajo el plateado temblor de la Luna, la fuente sonora
La noche me envolvió como un perfu… y en el silencio tus pisadas eran un lento resbalar de terciopelos sobre una frágil ilusión de seda. Tembló tu corazón bajo mi mano
En la penumbra se destaca el lecho donde la luz solar la sorprendía, apoyada la sien sobre mi pecho y dormida su mano entre la mía. Brillan las trenzas largas y casta…
¡La tragedia es vulgar por lo senc… Una breve disputa acalorada: la sangre que se agolpa a la mejil… y que de pronto nubla la mirada. Un grito: un arma que en el aire b…
Para cantar mi mente quiero un ver… un verso que refleje la cándida tr… del azahar, que, trémulo, deshoja… a las blancas caricias de una tími… No amortajad mi cuerpo con el saya…
¡Jazminero, tan frágil y tan leve que bastara con un soplo de alient… para que disipases en el viento tu intacta castidad de plata y nie… Tu pureza me evoca aquella breve
Bajo el sopor canicular se enerva la calle tortuosa de misterio, donde, amarilla y fláccida, la yer… crece como en un viejo cementerio. El sol ciega... Las puertas entor…
Sus frases nunca me hirieron y siempre me consolaron... ¡Heridas que otras me abrieron, sus propias manos cerraron! Aun cuando penaba tanto,
Mientras la fuente su canción moru… desgarra, y el azul su luz destell… sobre el jardín un rayo de la luna la sombra dibujó de Aben—Humeya. Entre el astral fulgor de la armad…