Madrid se levanta un dia más entre ruinas, la muerte aún respira, la sangre de sus hijos nos ahoga en sus calles.

Viento sin rostro, tu nombre fue la bruma sobre mis labios. II. Horas sin puerto,

No fue el destino, ni tal vez la sombra de un adiós nunca dicho, fuimos tan solo dos líneas errante… dibujando juntos un mismo abismo.

No me mires así, como si el tiempo fuera un muro y no un puente. Como si mis días brotaran en otra… lejos de tu lluvia y de tu sol.

No sé qué fue lo que cayó. No hiz… Pero fue entre nosotros. En medio del café a las seis, del… Quizá fue la forma en que ella me… O el modo en que mi mano tembló al…

No estás sola, aunque parezca que el mundo se olvida de tus paso… Alguien piensa en ti antes que el… como se piensa el café de la mañan… como se piensa el silencio que cal…

Estábamos en una fiesta, rodeados de risas huecas, gente con copas alzadas como estatuas de yeso. Entramos juntos al baño del camarín, ese lugar improvisado donde ella guardaba el abrig...

Crisálida de ecos, latido que se pliega en vértices m… Hablas y calla el abismo, sombra hendida en el albor. Sibilas de humo errante,

El miedo no habla, se esconde entre palabras que no s… se hace silencio en el borde de un… se pierde en la sombra de un “quiz… El amor tiembla,

No había ruido en ti, solo la cadencia de lo inevitable, el gesto aprendido del que cose au… sin dejar que nadie las vea. Eras la brisa que no pide permiso,

No me había pasado en años. Esa clase de alegría que no avisa. Una especie de fiebre dulce, suave… Fue al verla esperándome en el ban… Cuando me acerqué, me miró como si…

Llovía con esa tristeza elegante de los días que no exigen nada. Ella apareció con el cabello apenas empapado, como una hoja recién caída. Nos sentamos bajo el toldo del café, sin habla...

Me dijiste “hola” y fue como abrir un frasco de abej… te respondí con un nudo con etiqueta y fecha de vencimient… tus pestañas eran semáforos

Hoy me puse la camisa que llevé aq… Ella tenía esa forma de contar lo… Cuando se despidió, me rozó la man… Pero aún hoy, al pasar la plancha… Y no es la de la tela.

No estés triste, hay alguien que te nombra antes que el sol despierte, como un secreto en la bruma. Su pluma dibuja tu nombre