Me contaron que estabas enamorada de otro Y entonces me fui a mi cuarto Y escribí ese

Yo no canto la defensa de Stalingrado ni la campaña de Egipto ni el desembarco de sicilia ni la cruzada del Rhin

Cuídate, Claudia, cuando estés conmigo, porque el gesto más leve, cualquier palabra, un suspiro de Claudia,

Nuestros poemas no se pueden publicar todavía Circulan de mano en mano manuscritos O copiados en mimeografo

De pronto suena en la noche una sirena de alarma, larga, larga, El aullido lúgubre

Otros podrán ganar mucho dinero Pero yo he sacrificado ese dinero para escribir

Si tú estás en Nueva York En Nueva York no hay nadie más Y si no estás

“No tengo otro” le he dicho y repetido muchas veces. Y oí que decía dentro de mí no con palabras confusamente pero precisas, decía dentro de mí

Cuando los dorados corteses florecieron nosotros dos estábamos enamorados todavía

¡Mi pelo largo! ¡Mi pelo largo! Querías tu muchacha con el pelo largo

Señor recibe a esta muchacha conocida en… aunque ése no era su verdadero nom… (pero Tú conoces su verdadero nomb… y la empleadita de tienda que a lo…

Se oyeron unos tiros anoche Se oyeron del lado del cementerio. Nadie sabe a

Recibe estas rosas costarricenses, Myriam, con estos versos de amor mis versos te recordarán

Todavía recuerdo aquella calle de faroles amarillos, con aquella luna llena entre los alambres

Hay un lugar junto a la laguna de Tiscapa —un barco debajo de un árbol de quelite— que tu conoces