Amé a los animales y a los árboles… y los hondos caminos de la tierra. Estuve en amistad con el silencio y conocí en la voz de la materia el reclamo de Dios, y de la nada.

Dejar el último poema frente al mar de la tarde, cuando ascienden las primeras estrellas sobre el Go… y no escuchar después sino el sile…

Salva esa parte de tu vida que sólo tú conoces, y en la que solo habitas con tu am… Sálvala, porque al cabo

No creo en las palabras: las he visto borrarse apenas se agrupaban como guerreros solitarios cercados por las fauces de la nada…

De pronto vi a un anciano junto al… una figura breve, erguida como un junco en la otra o… Y me tendió la mano, como para apartar el agua

Que en algunos de mis poemas las palabras tengan el tenso brill… de este primer día de agosto, y el… del juguete perdido entre la hierb… Que en otros haya la medida

El poeta, en el alba, ha vuelto a ser el que se aleja confiándose a los árboles que la luz humedece, escuchando las voces

Siento crecer junto a mi tiempo el tiempo estricto de los otros, como un manto sin augurios, que cae sobre mis hombros. Quienes ganaron ya la sed del polv…

Terminado el concierto y ardiendo los aplausos, el solist… en medio de la luz se inclina, las manos en el pecho, y tensa el arco:

Tembloroso y desnudo como un recién nacido o un condenado a muerte, el poema está ya sobre la hoja —que acogerá su desamparo