Me estás doliendo cada día
y se siente como vivir en agonía,
todo el cuerpo me cansa a cada paso
que doy por las calles de la ciudad;
me atraviesa el frío por el pecho
apesar de que lo llevo bien cubierto,
pero tú superas cualquier estación del año
por eso creo que me haces tanto daño.
Me estás haciendo falta los domingos
y también entre semana,
de vez en cuando en el sofá
o cuando salgo con unos amigos.
A veces me preguntan por ti
y aún no sé bien qué decir,
prefiero evitar la conversación
de tu partida sin despedida
que me regalaste esta ocasión...
Me duele saber que no me quisiste
y sin decir nada te fuiste,
pero te quiero lo suficiente para dejarte ir
en busca de tu felicidad,
ya sea conmigo o con alguien más
porque aunque tú no lo hicieras por mí,
prefiero dejarte que verte sufrir.