Yo soy del alma de mi tierra pura,
donde el sol despierta con fuego y canta,
donde la brisa lleva en su garganta
la voz eterna de su esencia dura.
Soy la raíz que al campo se asegura,
la mano firme que el arado aguanta;
soy de la luz que el horizonte encanta,
y el eco fiel de nuestra historia augura.
Soy del romero, del pinar, del viento,
del mar azul que a nuestras costas llama,
del fuego eterno en la mirada ibera.
Yo soy del alma de este sentimiento,
de Patria noble, de Patria en su llama,
y en mi latir su corazón espera.