Antes de ti, amor, todo era vacío,
un eco errante entre sombras calladas,
la lluvia caía sobre calles olvidadas,
y el tiempo pasaba sin rumbo ni brío.
Las cosas dormían sin ser miradas,
las palabras nacían sin destino,
y mi alma vagaba por su camino
como un río sin cauce ni cascadas.
Entonces llegaste, luz encendida,
y el mundo se alzó con nueva voz,
las hojas susurraron vida perdida.
Hoy todo canta, todo tiene un “nos”,
porque en tus ojos hallé la medida
y el universo renació en tu amor.