Ahí viene mi dulce abuela,
con su paso tan gentil;
trae un beso y una estela
de ternura en su perfil.
Llega siempre con su risa,
tan dulce como el sabor;
sus abrazos traen la brisa
de un cariño encantador.
Sus historias, puro oro,
brillan con su gran pasión;
cada cuento es un tesoro
que nos llena el corazón.
Cuando marcha, deja huella,
como un sol en su fulgor;
mas su amor es una estrella
que nos da su resplandor.