El río canta a su paso,
sus aguas tallan la roca.
El tiempo, que nunca choca,
teje en su andar el abrazo.
Bajo el cielo hallo mi caso,
la vida nunca se equivoca.
El árbol susurra en boca,
de la brisa que lo guía.
Así transcurre este día,
entre el sol que descoloca.
Todo renace en su vía.