Tu sonrisa, sol de luz radiante,
Calienta mi alma con su brillo ardiente.
Tus labios, manantial constante,
Sacian mi sed con su trino ferviente.
Tu risa, melodía que me encanta,
Un bálsamo que mi espíritu levanta.
Tus ojos, estrellas que me guían,
En la noche oscura, son mi luz confían.
Cada mañana, al mirarte,
Mi corazón se llena de algarabía.
Tu presencia, un regalo del arte,
Que ilumina mis días con su alegría.
Tu sonrisa es un faro que me guía,
En medio de las tormentas, me da alegría.
Tus labios, un néctar que endulza mi vida,
Un elixir que me infunde nueva vida.