En el susurro del viento callado,
donde el azul al mar lo va abrazando,
se abre un camino eterno y anhelado,
con cada ola su canto va trazando.
El cielo inmenso refleja su agonía,
su brillo toca el agua lentamente,
y entre los dos, un viaje se presentía,
un puente eterno que une lo existente.
El mar suspira sus sueños en la bruma,
el aire trae caricias de un anhelo,
y entre la luz, un vínculo se suma,
uniendo el alma del mar con el cielo.