Tus ojos brillantes, tu sonrisa radiante,
Son el tesoro que mi corazón buscaba.
Tu amor incondicional, tu entrega constante,
Son la bendición que Dios a mí me enviaba.
Promesas de amor, que florecen cada día,
Ternura y aprecio en cada caricia tuya.
Un amor compartido, una dulce alegría,
Que junto a ti, mi alma se arrulla.
Eres el regalo más preciado, mi amor,
Que Dios en su gracia a mí me ha concedido.
Tú llenaste mi vida de dicha y de calor,
Y hoy te agradezco por ser mi elegido.