En la noche clara y fría,
las estrellas hacen ronda,
mi corazón se desborda,
como río en agonía.
El viento canta su trova,
en el campo y su misterio,
y en el eco del silencio,
mi alma sola se renueva.
Las sombras bailan despacio,
en la danza de la luna,
y entre suspiros de cuna,
se va el amor sin espacio.
Luz de plata en la vereda,
silencio en la lejanía,
la noche se vuelve mía,
en este canto que enreda.