Trote de una milonga campera
Sobre la pampa infinita,
donde el viento es trovador,
galopa mi alma gauchita
al trote de un ruiseñor.
Milonga, canto y destino,
rumor de la soledad,
como un mate bien curtido
con sabor a libertad.
Cielo abierto, campo y luna,
todo es parte del andar,
las estrellas son la cuna
de mi sueño montaraz.
En mi lazo va la historia,
en mi cuchillo el honor,
y en el pecho la memoria
de un pueblo lleno de ardor.
Que suenen guitarras criollas,
que revienten en el son,
porque al trote de esta milonga
cabalga mi corazón.
Así sigo por la senda
del campo, amor y raíz,
con mi milonga campera,
pa’ no olvidarme de mí.
