Amarte fue como un suspiro,
un riesgo que nunca medí,
lanzarme sin miedo al abismo,
sabiendo que eras para mí.
Corrí tras tus huellas de fuego,
sin miedo a perder la razón,
dejé que tu amor, como un eco,
latiera en mi tierno corazón.
Tus ojos, abismos dorados,
tus manos, promesas sin fin,
y en cada caricia he encontrado
la fuerza de amar sin medir.
Temeridad fue buscarte,
sin miedo a la herida o la flor,
porque entre el deseo y el arte,
se esconde la esencia del amor.
Si duele, si quema, si muero,
que arda esta pasión sin final,
pues vale la pena el intento,
amarte sin miedo es vital.