Al viento lancé mi esperanza,
mis penas la arena cubrió,
la vida me ofrece su danza,
su luz en mi pecho encendió.
Si el viento te lleva mi risa,
recíbela como un cantar,
pues todo dolor cicatriza
y vuelve de nuevo a brillar.
La llama que un día fue tenue
renace con fuerza mayor,
las sombras jamás son perennes,
se visten de un nuevo color.
Así mi sendero ilumino,
dejando mis miedos atrás,
y sigo el compás del destino
que siempre promete algo más.