En el tejido del destino incierto,
los pasos dan ecos que el alma apena,
y cada sueño, una amenaza llena
al ser que en sombras va, su luz cubierto.
La vida, un susurro que el viento ha muerto,
un grito ahogado, una carga pena;
mas, en la lucha, una chispa serena
alumbra la belleza en el desierto.
¡Oh, fatalidad que al alma encadenas
y tejes su lamento en triste son!
Mas si la muerte tu furor enfrenas,
hallarás en la pérdida canción;
pues, en medio del dolor y sus escenas
brilla la esperanza de la redención.