En la razón, un sueño se refugia,
tejiendo entre lógicas formas extrañas,
un eco de estrellas, lunas hurañas,
que en cada idea el abismo subyuga.
Pensar es volar donde el caos se arrulla,
un mar de certezas que al fin nos engaña,
donde toda verdad se vuelve maraña,
y el silencio es verdad que siempre murmulla.
Razón es un puente sin orillas claras,
un juego de sombras que nunca se atrapa,
el laberinto que al alma dispara.
Mas en su centro, como luz que escapa,
brilla un destello de dudas raras:
la fe del que sueña, aunque el mundo atrapa.