Ella dibuja el viento con su paso,
y en su mirada nacen los colores,
lleva en sus manos un jardín de amores,
y en su aliento se forja el leve ocaso.
Ella es el canto que disuelve el lazo,
el agua que despierta a los rumores,
y su voz es la luz entre albores,
tejiendo del aire su leve abrazo.
Cada palabra suya inventa un río,
cada gesto es vuelo que se desata,
y el mundo a su sombra es menos frío.
Es sueño, es vida, es lluvia que arrebata,
y en su risa, el universo tardío
renace, eterno, con fuego de plata.